“Se
hizo valer de su linaje, su sangre y su apellido. Joan Wilhelm
Bøkgaard nació en un mundo rodeado de libros. Se empapó de
lecturas y más lecturas. Refugiado en una pequeña granja al norte
de Noruega, en aquellos campos desolados y distantes. Su padre era el
único bibliotecario del pueblo y siempre se lo podía encontrar
colgado de alguna estantería husmeando libros. Allí tenía todo lo
que necesitaba...
Bøkgaard
se jactó de haber leído miles de libros, cuando dicen que solamente
uno poseyó en sus manos. Tal vez sentía que en cada abrir uno nuevo
era. Las palabras impresas no eran las que cambiaban. Era él, era su
lectura, su interpretación, su percepción...
Bøkgaard
siempre se nutrió de aquella delgada línea entre la realidad y la
ficción. Decía que la ficción desconoce la verdad y la mentira.
Que somos un puñado de contingencias. Todo a su alrededor era
susceptible de ser transformado en un relato. Siempre llevaba un
anotador en su mano y siempre estaba al acecho. Sus textos mantienen
esa marca impresa...
En
este primer libro se vio reflejada una mezcla de situaciones y
sensaciones que se repetirían a lo largo de los años en otras de
sus obras. Podemos recorrer una serie de cuentos con tinte satírico,
tales como “Eso de escribir”, “Predicciones II” y “Catálogo
de artistas”. Textos que se arman de la exageración y la
desacomodación lúdica de lo cotidiano como “Culicidae: Sanguinem
sitienti”, “La venus de Milo” y “Análisis de frases”. O se
puede degustar cuentos con un tono de seriedad y profundidad que se
insertan en la naturaleza humana como “El pozo”, “Ser y Tiempo”
o “El soldado y la guerra”. Esa gama de diversidades
características de Bøkgaard, fue su carta de presentación para el
mundo literario...
Al
día de hoy, poco se sabe de Joan Wilhelm Bøkgaard. Muchas voces son
las que dicen que sigue refugiado en su cálido aposento. En aquella
habitación crepuscular. Algo descuidada y desordenada. Desbordada de
manuscritos, hojas y libros. Cuando no está leyendo, está
escribiendo. O acaso leer y escribir sean lo mismo".
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