Somos.
Somos lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. Somos lo que
estamos siendo, y lo que no. Somos lo que fuimos, y lo que no. Somos
lo que seremos, y lo que no. Somos lo que deseamos, y lo que no.
Somos lo que necesitamos, y lo que no. Somos lo que estamos pensando
y lo que no estamos pensando. Somos lo que estamos sintiendo y lo que
no estamos sintiendo. Somos y no somos.
“Somos lo que
hacemos con lo que hicieron de nosotros”,
dijo Jean-Paul Sartre. “Somos
lo que hacemos para cambiar lo que somos”,
agrega Eduardo Galeano quien, a su vez, ha dicho que “somos
las historias que vivimos… Los científicos dicen que estamos
hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos
hechos de historias”.
Somos un telar de
narrativas, voces, palabras, historias, pensamientos, hechos, actos,
sentimientos emociones, recuerdos; que se tejen y destejen con otras
narrativas, voces, palabras, historias, pensamientos, hechos, actos,
sentimientos emociones, recuerdos. No voy rumbeando en una sola
dirección; no voy en un único sentido. En la subjetividad acontece
lo plural. La fragmentación, en cambio, requiere la idea de un todo
previo. Estar plural, sin embargo, es ser testigo de mi propio pasaje
por estares que hacen diferencias que la conciencia intenta, a
posteriori, integrar.
La idea de
subjetividad responde a la condición trágica del producirnos como
devenir, como tensión constante. La tensión no es movimiento pero
tampoco es quietud; es inquietud. El arco tensa la cuerda porque cada
extremo tira para su lado. Esa cuerda no está en movimiento pero
tampoco está quieta; está inquieta. Eso somos, parafraseando a San
Agustín: un ser de corazón inquieto. La subjetividad como
producción de deseo, como experiencia vital de la creación de
sentidos. La subjetividad resulta ser un discurso de multiplicidades
singulares que es constitutivo del entramado que sostiene el concepto
de subjetividad. En palabras de Borges, “somos
la famosa parábola de Heráclito el Oscuro”.
La potencia de
enunciar no coincide con el acto enunciado. La pluralidad de
subjetivaciones posibles y por decir no llegan al enunciado sino como
silencios, exclusiones, (auto)censuras, inexistencias. Siempre es
poco lo que se dice comparado con lo que se podría decir.
Soy quien digo ser.
Somos quienes decimos que somos. Somos quienes otros dicen que somos.
Somos ese otro que está siendo, también. Porque somos narrativa,
relato, palabra...
La Condición Plural
de la Subjetividad que se juega en la Identidad Narrativa. Eso somos.
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