viernes, 16 de noviembre de 2018
viernes, 2 de noviembre de 2018
Pablo de Santis y Bøkgaard
Pablo de Santis recibiendo un ejemplar de "Crónicas de Bøkgaard", dedicado por uno de los autores...
viernes, 31 de agosto de 2018
Crónicas de Bøkgaard
Y llegó el día... ¡ya está publicado!
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¿Cómo? PRESIONÁ AQUÍ
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domingo, 29 de abril de 2018
¿Nos ayudas a publicar nuestro primer libro?
Desde nuestra más temprana edad, o al menos desde que tenemos recuerdo, deseamos cumplir un SUEÑO: publicar un libro.
Escritores somos desde que empezamos a escribir, y nunca dejaremos de
serlo. Pero gracias a tu colaboración podremos hacer realidad nuestro
sueño.
Nuestro proyecto consiste en editar el libro electrónico y 100 ejemplares en papel.
El dinero recaudado nos permitirá realizar una autopublicación con
una edición de calidad, que incluye maquetación, diseño de interior y de
tapa, los trámites legales y la impresión de los ejemplares en papel. Todo monto que supere el objetivo económico planteado será destinado a la difusión y distribución de los libros.
Sabemos que el Mercado Editorial se maneja con intereses y valores incompatibles con los nuestros. Por eso hicimos una opción filosófica y artística de autopublicar trabajando codo a codo con una Editorial Indie, es decir, independiente de las grandes corporaciones editoriales. Esta decisión hace que se dificulte solventar los gastos que demanda la inversión inicial, así como todo lo relativo a la difusión. Y es por eso que CONTAMOS CON VOS. Y por esa razón, también, presentamos nuestro proyecto en una Plataforma de Financiamiento Colectivo de confianza.
¿Qué necesitamos, deseamos, te pedimos?. En primer lugar, sin costo económico alguno para vos, que nos des una mano difundiendo el proyecto (tanto para recaudar fondos como para vender el libro). Y, en segunda instancia, si es que querés y podés, que colabores económicamente seleccionando algunas de las recompensas ingresando AQUÍ.
Y para finalizar...
¿Quiénes somos?
Javier Giangreco y Jeremías Giangreco
¡¡¡GRACIAS!!!
domingo, 1 de abril de 2018
Crónicas de J. W. Bøkgaard (índice)
Prólogo del Prólogo..........................................
Prólogo.............................................................
El Buscador I…………………………………..
Prólogo.............................................................
El Buscador I…………………………………..
Las palabras y las cosas……………………...
Análisis de frases……………………………..
Un día especial………………………………..
Predicciones I…………………………………
Predicciones II………………………………..
Ser y Tiempo………………………………….
El filosófo que quería ser existencialista…..
Catálogo de artistas………………………....
Eso de escribir……………………………….
Inspiración I………………………………….
La escritura, la inspiración y otras yerbas..
El eterno……………………………………..
Un cuadro en la pared……………………..
El pozo……………………………………....
La inquietud…………………………………
Culicidae: Sanguinem sitienti……………..
El soldado y la guerra……………………..
En busca del regalo perfecto…………….
El arte de la kinésica………………………
El buzo sin su botón……………………....
La venus de Milo…………………………..
Besos ahorrados…………………………..
Un viaje al parque………………………....
En la azotea………………………………..
jueves, 15 de marzo de 2018
El Buscador V
La
vida es espera. El encontrar, o no, lo que se busca da sentido a la
búsqueda. El que llegue, o no, lo esperado da sentido a la espera.
El futuro resignifica el pasado. Si llega lo esperado fue una espera
fructífera; si no llega es una decepción.
Todavía hoy, tanto
tiempo después, no se sabe si Él encontró ese cúmulo de hojas o
si el cúmulo de hojas lo encontró a Él. Pero lo que sí podemos
decir es que hoy Él es, también, ese cúmulo de hojas que (lo)
encontró.
Él es, también,
Joan Wilhelm Bøkgaard. Tanto como Bøkgaard es Markieff o Giantino.
Y tanto como Bøkgaard es Markieff y Giantino.
Esos papeles que
encontró al mudarse a su nueva casa, esas hojas firmadas por autores
desconocidos por él, esos textos escritos por esos otros que él no
había sido hasta ese momento, dieron lugar, habilitaron el
surgimiento de alguien, de un Alguien: J. W. Bøkgaard.
Él leyó esos
cuentos, ensayos, garabatos. Los compiló. Seleccionó algunos.
Descartó otros. Modificó. Corrigió. Cambió. Borró. Tachó.
Agregó. Alteró. Incorporó. Creó. Todo eso hizo con ese cúmulo de
hojas. Y más.
El futuro
resignifica el pasado. La vida es espera. La vida es búsqueda. La
vida es relato. Somos y no somos. Somos una Crónica. Somos un género
literario, una recopilación. Somos narrador y testigo presencial a
la vez. Somos la sombra reflejada en el espejo. Somos un relato
inacabado en busca de sentido, (re)leyéndonos, (re)escribiéndonos.
Crónicas de J.
W. Bøkgaard
intenta ser, a sabiendas de la imposibilidad de tal aventura, el fiel
reflejo de ese camino.
jueves, 1 de marzo de 2018
El Buscador IV
Somos.
Somos lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. Somos lo que
estamos siendo, y lo que no. Somos lo que fuimos, y lo que no. Somos
lo que seremos, y lo que no. Somos lo que deseamos, y lo que no.
Somos lo que necesitamos, y lo que no. Somos lo que estamos pensando
y lo que no estamos pensando. Somos lo que estamos sintiendo y lo que
no estamos sintiendo. Somos y no somos.
“Somos lo que
hacemos con lo que hicieron de nosotros”,
dijo Jean-Paul Sartre. “Somos
lo que hacemos para cambiar lo que somos”,
agrega Eduardo Galeano quien, a su vez, ha dicho que “somos
las historias que vivimos… Los científicos dicen que estamos
hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos
hechos de historias”.
Somos un telar de
narrativas, voces, palabras, historias, pensamientos, hechos, actos,
sentimientos emociones, recuerdos; que se tejen y destejen con otras
narrativas, voces, palabras, historias, pensamientos, hechos, actos,
sentimientos emociones, recuerdos. No voy rumbeando en una sola
dirección; no voy en un único sentido. En la subjetividad acontece
lo plural. La fragmentación, en cambio, requiere la idea de un todo
previo. Estar plural, sin embargo, es ser testigo de mi propio pasaje
por estares que hacen diferencias que la conciencia intenta, a
posteriori, integrar.
La idea de
subjetividad responde a la condición trágica del producirnos como
devenir, como tensión constante. La tensión no es movimiento pero
tampoco es quietud; es inquietud. El arco tensa la cuerda porque cada
extremo tira para su lado. Esa cuerda no está en movimiento pero
tampoco está quieta; está inquieta. Eso somos, parafraseando a San
Agustín: un ser de corazón inquieto. La subjetividad como
producción de deseo, como experiencia vital de la creación de
sentidos. La subjetividad resulta ser un discurso de multiplicidades
singulares que es constitutivo del entramado que sostiene el concepto
de subjetividad. En palabras de Borges, “somos
la famosa parábola de Heráclito el Oscuro”.
La potencia de
enunciar no coincide con el acto enunciado. La pluralidad de
subjetivaciones posibles y por decir no llegan al enunciado sino como
silencios, exclusiones, (auto)censuras, inexistencias. Siempre es
poco lo que se dice comparado con lo que se podría decir.
Soy quien digo ser.
Somos quienes decimos que somos. Somos quienes otros dicen que somos.
Somos ese otro que está siendo, también. Porque somos narrativa,
relato, palabra...
La Condición Plural
de la Subjetividad que se juega en la Identidad Narrativa. Eso somos.
jueves, 15 de febrero de 2018
El Buscador III
Una
tarde de otoño se situó en su silla reclinada, se acomodó los
lentes, destapó el bolígrafo y comenzó su escritura:
“Se hizo valer
de su linaje, su sangre y su apellido. Joan Wilhelm Bøkgaard nació
en un mundo rodeado de libros. Se empapó de lecturas y más
lecturas. Refugiado en una pequeña granja al norte de Noruega, en
aquellos campos desolados y distantes. Su padre era el único
bibliotecario del pueblo y siempre se lo podía encontrar colgado de
alguna estantería husmeando libros. Allí tenía todo lo que
necesitaba.” (p. 1)
Así
introducía a este misterioso personaje en aquella aleación de
reseña y trama biográfica. Recorriendo ese mundo de letras y
símbolos, junto con sus principales influencias. Un camino que
iniciaba por escritores de la literatura universal como Edgar Allan
Poe, Oscar Wilde, Victor Hugo y Dante. Su temprana curiosidad por
filósofos como Nietzsche, Sartre, Descartes, Schopenhauer,
Heidegger, Hume, Derrida o Vattimo. Pensadores como Séneca,
Foucault, Camus, San Agustín y Valéry. Compartiendo su vida con
Cortázar, Sábato, Marechal y Borges. A raíz de estas influencias
literarias, la muerte, el destino, el tiempo, la verdad, la
existencia, la identidad, el lenguaje, el caos y el arte fueron los
hilos que atravesaron sus obras, sin perder la riqueza de la
cotidianeidad y lo absurdo.
“....Bøkgaard
se jactó de haber leído miles de libros, cuando dicen que solamente
uno poseyó en sus manos. Tal vez sentía que en cada abrir uno nuevo
era. Las palabras impresas no eran las que cambiaban. Era él, era su
lectura, su interpretación, su percepción.” (p. 2)
Heráclito
y el río cambiante, el devenir constante. El sentido de la escritura
y la (de)construcción de sentido. Jerónimo Giantino dice a través
de Agustín Cuore que un libro en un estante no es más que un cúmulo
de hojas unidas por vaya a saber uno qué misterioso pegamento; “sólo
es literatura cuando se lo lee”. La
obra es tal en tanto abierta al lector, en un acto co-creador con su
escritor que, en ese instante, deja de ser el único autor.
No
dudó en repasar los libros que tal vez le valieron el renombre: El
círculo hermenéutico, una
novela que pone en jaque la idea del conocimiento y la erudición, la
verdad y las interpretaciones, el sentido común, y la influencia de
la literatura en la idiosincrasia de una sociedad. También
Ficciones Filosóficas, aquel
compilado de textos en forma de ensayos que también fue editado bajo
otro título: Relatos
Filosóficos.
En dicha obra se encuentran diversos escritos de ficción, relatos,
donde, a su vez, aparecen ideas filosóficas originales y de las
otras.
“Bøkgaard
siempre se nutrió de aquella delgada línea entre la realidad y la
ficción. Decía que la ficción desconoce la verdad y la mentira.
Que somos un puñado de contingencias. Todo a su alrededor era
susceptible de ser transformado en un relato. Siempre llevaba un
anotador en su mano y siempre estaba al acecho. Sus textos mantienen
esa marca impresa.” (p. 2)
Siguiendo
su camino se detuvo a repasar su libro iniciático: Crónicas
de J. W. Bøkgaard,
donde
aparecen sus primeros cuentos que con el pasar el tiempo se iban a
transformar en históricos y memorables. Es el caso de escritos tales
como “El
eterno”, “El filósofo que quería ser existencialista” o
“Un cuadro en la pared”. También
encontramos ensayos ficcionales como “Predicciones
I” y “La escritura, la inspiración y otras yerbas”, en
el cual expone su camino como escritor y lo que eso conlleva.
“En este primer
libro se vio reflejada una mezcla de situaciones y sensaciones que se
repetirían a lo largo de los años en otras de sus obras. Podemos
recorrer una serie de cuentos con tinte satírico, tales como “Eso
de escribir”, “Predicciones II” y “Catálogo de artistas”.
Textos que se arman de la exageración y la desacomodación lúdica
de lo cotidiano como “Culicidae: Sanguinem sitienti”, “La venus
de Milo” y “Análisis de frases”. O se puede degustar cuentos
con un tono de seriedad y profundidad que se insertan en la
naturaleza humana como “El pozo”, “Ser y Tiempo” o “El
soldado y la guerra”. Esa gama de diversidades características de
Bøkgaard, fue su carta de presentación para el mundo literario.”
(p. 4)
También
exploró su pública y reconocida amistad con Antonio Nikolas, el
afamado crítico socio-cultural, a quién no sólo veía como su
excéntrico profesor en la Universidad de Friburgo sino como aquel
mentor y colega de intrincados, inconducentes y cordiales debates que
podían vestirse de ideas. Un “perpetuo
colaborador implícito”,
como solía decir.
Finalmente
se vio sumido en la incógnita sobre la manera en que debía culminar
su texto; cuál sería su final. Él se sentía otra persona al
impregnar cada palabra en la hoja, se situaba en la piel de su
personaje, vivía su vida. Era todo un escritor profesional y
reconocido. Con su basto y extenuante catálogo de trabajos.
"Al día de
hoy, poco se sabe de Joan Wilhelm Bøkgaard. Muchas voces son las que
dicen que sigue refugiado en su cálido aposento. En aquella
habitación crepuscular. Algo descuidada y desordenada. Desbordada de
manuscritos, hojas y libros. Cuando no está leyendo, está
escribiendo. O acaso leer y escribir sean lo mismo."
La
veracidad de la biografía publicada aún sigue siendo temática de
grandes debates historiográficos entre numerosos críticos.
jueves, 1 de febrero de 2018
El Buscador II
Una
página lo llevaba a la otra, un párrafo al otro, un cuento al
siguiente. Tuvo que obligarse a detener su lectura. No sabía a qué
hora había subido ni tampoco a qué hora iba a bajar. ¿Qué
significaban aquellos papeles que tenía por delante? Esos papiros
con símbolos escritos a puño, rodeados de garabatos y amurallados
con anotaciones. Cubiertos de polvo. Algunos estaban firmados por un
tal Jerónimo Giantino, otros por un tal L. S. Markieff. En algunos
se entremezclaban dos tipos de letra diferentes. Había un poco de
todo: ensayos, cuentos fantásticos, cuentos realistas, crónicas
humorísticas. Había incluso varios relatos inacabados.
Se preguntó por el
origen de aquel universo de letras. Inútilmente intentó rastrear
los textos; nada salía a la vista. Un pensamiento lo acechó:
pertenecían a los antiguos propietarios de su actual morada.
Escritores desconocidos, nóveles y entusiastas. Lo que yacía en sus
pegajosas manos eran escritos inéditos.
lunes, 15 de enero de 2018
El Buscador I
Y
finalmente lo encontró. Sin saber que lo estaba buscando. Es más,
todavía hoy, tanto tiempo después, no se sabe si Él encontró ese
cúmulo de hojas o si el cúmulo de hojas lo encontró a Él.
Hacía poco tiempo
se había mudado a esa casa, con todo lo que implica. Era empezar de
nuevo. O casi. Dejar, abandonar, soltar. Iniciar, comenzar, intentar.
Y decidió, antes de invadir lo nuevo con lo viejo, buscar con qué
lo viejo recibía la novedad.
Recorrió todos los
rincones de la casa, una vez más. Levantaba la alfombra, espiaba
detrás de los muebles, abría armarios y cajones… Y finalmente lo
encontró. Frente a sus ojos había un cúmulo de hojas amarillentas,
con ese hermoso aroma a libro antiguo. De inmediato se puso a hojear
esos manuscritos con un cariño reverencial.
lunes, 1 de enero de 2018
Joan Wilhelm Bøkgaard, el escritor
“Se
hizo valer de su linaje, su sangre y su apellido. Joan Wilhelm
Bøkgaard nació en un mundo rodeado de libros. Se empapó de
lecturas y más lecturas. Refugiado en una pequeña granja al norte
de Noruega, en aquellos campos desolados y distantes. Su padre era el
único bibliotecario del pueblo y siempre se lo podía encontrar
colgado de alguna estantería husmeando libros. Allí tenía todo lo
que necesitaba...
Bøkgaard
se jactó de haber leído miles de libros, cuando dicen que solamente
uno poseyó en sus manos. Tal vez sentía que en cada abrir uno nuevo
era. Las palabras impresas no eran las que cambiaban. Era él, era su
lectura, su interpretación, su percepción...
Bøkgaard
siempre se nutrió de aquella delgada línea entre la realidad y la
ficción. Decía que la ficción desconoce la verdad y la mentira.
Que somos un puñado de contingencias. Todo a su alrededor era
susceptible de ser transformado en un relato. Siempre llevaba un
anotador en su mano y siempre estaba al acecho. Sus textos mantienen
esa marca impresa...
En
este primer libro se vio reflejada una mezcla de situaciones y
sensaciones que se repetirían a lo largo de los años en otras de
sus obras. Podemos recorrer una serie de cuentos con tinte satírico,
tales como “Eso de escribir”, “Predicciones II” y “Catálogo
de artistas”. Textos que se arman de la exageración y la
desacomodación lúdica de lo cotidiano como “Culicidae: Sanguinem
sitienti”, “La venus de Milo” y “Análisis de frases”. O se
puede degustar cuentos con un tono de seriedad y profundidad que se
insertan en la naturaleza humana como “El pozo”, “Ser y Tiempo”
o “El soldado y la guerra”. Esa gama de diversidades
características de Bøkgaard, fue su carta de presentación para el
mundo literario...
Al
día de hoy, poco se sabe de Joan Wilhelm Bøkgaard. Muchas voces son
las que dicen que sigue refugiado en su cálido aposento. En aquella
habitación crepuscular. Algo descuidada y desordenada. Desbordada de
manuscritos, hojas y libros. Cuando no está leyendo, está
escribiendo. O acaso leer y escribir sean lo mismo".
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Este libro es, a su manera, muchos libros. Es una recopilación de textos de diferentes temas, estilos, épocas y personas. De diferentes ...

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